jueves, 2 de julio de 2009

Jornada de reflexión en CasAzul


JORNADA DE REFLEXIÓN EN CASAZUL 2008
MESA REDONDA: ¿QUÉ ESTAMOS ENSEÑANDO EN CASAZUL?

Dios da el talento. CasAzul el entrenamiento es la frase desplegada en la imagen del cartel que tiene como fondo el atípico rostro de William Shakespeare con una naríz de payaso en forma de bola color rojo. Al margen, en la esquina inferior derecha aparece el logotipo de CasAzul Artes Escénicas Argos. Las ideas son energía e información. Tú has visto el cartel y has imaginado un sin fin de ideas posibles al contemplarlo. A mí en lo personal me remitió a una cita de Chejov extraída de su cuaderno de apuntes en la cual ironizaba sobre el papel de cierta crítica y dice: “…lo que cuenta no es Shakespeare, sino el comentario a Shakespeare.” Fin de la cita. De modo que, cualquiera que sea el propósito del cartel lo cierto es que expresa un mensaje que contiene en sí mismo la eficacia en este el arte de proponer una idea concreta: mínimo esfuerzo y el máximo resultado. El lenguaje es un intermediario sutil entre el ser humano y su ambiente. El aspirante a ingresar en esta escuela de artes escénicas hará uso de su discernimiento para juzgar los valores que ofrece esta escuela al contemplar la naturaleza de este cartel promocional. Pero la naturaleza completa de la enseñanza que pueda ofrecer esta casa de estudios será otra una vez que el alumno inicie el proceso de formación y todavía más si es que llega a completarlo. También es cierto que en cada nuevo ciclo escolar llegan nuevos alumnos, a veces también nuevos maestros, es decir, la naturaleza de esta escuela parece hallarse establecida en un modelo siempre cambiante. Cada año el cartel promocional también se modifica. Pero detrás de estas fases fenoménicas siempre-cambiantes hay una que no cambia: la formación nutricia del actor que de raíz, es siempre la misma. Cuando el poder de discernimiento revela al aspirante y/o en su caso al alumno la posibilidad de la existencia de una realidad no cambiante como fundamento de la creación fenoménica del teatro, siempre cambiante, entramos en otra fase en el campo del conocimiento y de la enseñanza.
Resulta intrincado descubrir la realidad metafísica que encierra la pregunta que da pie a esta mesa redonda: ¿qué estamos enseñando en CasAzul? ¿Cuál es el valor permanente que subyace a cada fase fenoménica en el proceso del aprendizaje y la enseñanza y cuál la realidad trascendental que es permanente, que no cambia, es eterna y absoluta?
El primer paso, en el camino intelectual para la realización personal, es discriminación entre lo que es real y lo que es irreal; la práctica para la realización necesita un camino a través de la acción. El método se practica mientras se vive la vida activa en el universo académico y varía de una materia a otra, de un maestro a otro y de un alumno a otro. Está claro que la completa realización en la formación de un actor no es posible solamente a través del proceso de la comprensión intelectual sin la experiencia efectiva del hacer. La dialéctica de enseñar y aprender es un movimiento dual, recíproco. Hace unas cuantas semanas tuve la oportunidad como muchos de mis colegas docentes en esta escuela de volver a situarme en el lugar del alumno en un seminario que dictó el Maestro Héctor Mendoza a los maestros de CasAzul. En la primera sesión recibí una información clave que despejó muchas nubes de mi cabeza y la cual cito a continuación: “es imposible trabajar con un alumno que está en una actitud antagónica en relación al maestro (ojo: en cuanto a la forma didáctica). Si el alumno no cree en el maestro, no hay nada que hacer.” Pero volvamos a la pregunta inicial que da pauta a esta mesa de reflexión: ¿qué hacemos los maestros de CasAzul? En abstracto enseñamos algunas de las distintas disciplinas que conforman la esencia en el amplio mosaico de las artes escénicas. ¿Y qué aprenden los alumnos de CasAzul? Para responder a la primera pregunta mi respuesta es muy limitada ya que en general tengo noción de las materias que imparten algunos de mis colegas pero no de su metodología concreta en relación a la enseñanza, salvo algunas excepciones en las que he tenido la oportunidad de compartir información y opiniones en torno principalmente a la evolución del alumnado en el proceso integral de su desarrollo académico en su formación como actores profesionales. También cabe resaltar que un aspecto importante de su trabajo docente se me ha revelado en aquellas ocasiones en las que he podido asistir como espectadora a los exámenes abiertos a público y también en las puestas en escena del proyecto de Teatro de Cámara que existe en la escuela. En relación a mi materia, lo que intento en mis clases es ofrecer una gama de herramientas para el análisis literario a través de una conspiración de datos, sucesos e información relacionados con la escena, es decir hablar de teatro y literatura con una precisión despreocupada pero apasionada porque considero que las verdades del arte no pueden ser enseñadas sino únicamente reveladas a las naturalezas que estén dispuestas a ello. De mis alumnos he aprendido entre otras cosas, a ser sensible a la retroalimentación y al mismo tiempo, ser inmune a la crítica y la adulación. Con el tiempo he podido soltarme más y comprender que la enseñanza no está en conflicto con mis propósitos personales como creador. Tengo confianza en mi proceso académico y he dejado de preocuparme por los resultados inmediatos. Me concentro en el viaje no en el destino, eso queda a cargo del tiempo.
Para responder la segunda pregunta, ¿qué aprenden o han aprendido los alumnos de CasAzul? les pedí a mis alumnos de los dos grupos que integran el tercer año, quienes cursan conmigo la materia Análisis de texto, y también a dos de los grupos pertenecientes al primer año, a quienes doy la clase de Historia del Teatro y Corrientes Renovadoras, es decir, tanto a los alumnos próximos a egresar como a los alumnos de reciente ingreso, que respondieran a esta pregunta de forma anónima y no limitaran sus respuestas a lo aprendido en mi clase, sino partiendo de una reflexión global en términos de lo que la escuela ha podido brindarles durante el tiempo que han permanecido en ella y lo que piensan que puede enriquecer su formación. A continuación hago un resumen de las respuestas obtenidas:

ALUMNOS DE TERCER AÑO DE LA CARRERA:
- El autoconocimiento. A verme, analizarme y a hacer lo que quiero (no valemadrismo).
- A expresarme y opinar sobre cualquier tema. Comunicarme.
- Que la vida es un proceso
- A cambiar mi vida.
- A actuar, accionar en mi vida.
- A leer.
- A leer verso.
- A poner mi atención en el otro.
- La disciplina de un buen entrenamiento.
- Mi relación con mi cuerpo.
- A adoptar una postura corporal, estructurar una idea y poder comunicarla, a usar palabras, a obededer órdenes en contra de mi voluntad.
- A disfrutar en lugar de sufrir.
- A demostrar que podía funcionar como discípulo.
- A percibir la realidad con todos mis sentidos.
- A manipular mis emociones.
- Primero aprendí que todo lo “que era”, o por lo menos lo que yo creía que “era”; no era. Después entendí qué no era “hacer”. Y luego entendí qué no era “no hacer¨. Finalmente estoy asimilando el “estar”. En síntesis no he aprendido, más bien he desaprendido todas mis costumbres, modos, formas, etcétera.
- A hacer relaciones públicas y a controlar mi instrumento de trabajo (cuerpo, voz y mente).
- Que para hacer cualquier cosa hay que entrenarse y prepararse.
- Aprendí a amar.
- A tolerar a mis compañeros que me rodean y sobre todo a mí mismo.
- He asimilado conceptos como disciplina, reto, convivencia y a manejar lo más sanamente posible aquellos como competencia, envidia y avaricia.
- A trabajar duro, muchas horas con la mejor actitud posible.
- Tener una visión más abierta y compleja del teatro.
- A superar la frustración.
- De las cosas actorales más importantes: a no buscar la emoción y dejar que llegue sola, no mentir.
- Explorar mi creatividad.
- A formar un equipo de trabajo.
- Valorar y respetar el teatro muchísimo.
- Conocer gente super interesante y cultivar mi amor por el arte.
- Siento que esta escuela enseña muchísima consciencia en todo, MUCHISIMA. Sólo que todavía no sé bien qué hacer con ella.
- Herramientas actorales (técnicas).
- Análisis de texto, de personaje. Lo sagrado del teatro.
- Yo no tenía idea de cómo era la formación de un actor ni nada que tuviera que ver con el teatro porque mis únicos referentes en actuación eran las telenovelas y el cine. El amor al teatro nació aquí, en CasAzul.
- Ganas de aprender más y más.
- Hay cosas que estuvieron pero que no supe sacarles el mayor provecho.
- A ser cabrona cuando tengo que serlo. A reirme de muchas cosas que me daban miedo.
- Tolerancia. Para bien o para mal faltarle el respeto a determinadas figuras o situaciones, a ser más cínico.
- La beca me compromete a un trabajo de gestión y producción de espectáculos de cámara o mínimas necesidades técnicas lo cual me ha permitido obtener el doble de conocimiento sobre cómo se mueve el teatro.
- Que soy un sapo que lo quieren hacer príncipe.

ALUMNOS DE PRIMER AÑO DE LA CARRERA:
- La herramienta más importante que CasAzul me ha dado es ver la vida desde otro enfoque.
- He descubierto mi cuerpo, he entendido qué es la energía y a ordenar mis ideas.
- La tolerancia y el respeto ante la diversidad.
- Las materias teóricas me han dado las bases para que al leer una obra entienda el trasfondo que en ella existe.
- He aprendido a respirar.
- Los maestros nos enseñan a reflexionar sobre lo que estamos viviendo.
- A conocerme a mí mismo.
- A dejar de tener miedo.
- A estar atento.
- Lo corporal y el ejercicio.
- Estoy aprendiendo “la verdad” en todos los aspectos de mi vida y que eso se refleja en escena.
- A realizar mis ideas.
- Estoy descubriendo la otra cara de la moneda: un teatro militarizado y exacto.
- A sensibilizarme con mi alrededor y a no dar por hecho nada.
- Tengo una visión “idealista”.
- A escuchar, oler, sentir, hablar sin preocuparme de la censura que antes me consumía.
- La base del ser actor, la historia.
- A tener resistencia y disciplina.
- Crear conciencia, respetar mi proceso, entenderlo.
- A verme en otros.
- A trabajar en equipo.
- A escuchar sin la necesidad de defenderme.
- He aprendido a aceptarme.
- Que el ser humano es muy complejo.
- Técnica y práctica en el escenario.
- He aprendido mucho sobre libros y disfruto cada vez más al leerlos.
- Nos dan herramientas técnicas pero la exploración depende de mí.
- He cambiado, soy totalmente distinto a la persona que entró.
- En estos momentos estoy desestructurándome para formarme poco a poco.
- A tener una visión más amplia del teatro, del cine y la televisión.
- Lo que más valoro y me hace continuar es que sin pasión, disciplina y amor no hay forma de ser parte de este ámbito.
- A buscar más.
- He aprendido el dolor, una parte de mi que no me gustaba tocar. Ahora mi cuerpo me lo agradece porque no se queda esta tensión bloqueada.
- Mucha cultura.
- A reconocer mis capacidades y limitaciones en todos los aspectos.
- Estoy aprendiendo un modo de vida. Estoy aprendiendo a ser yo.

En lo referente a lo que puede enriquecer su formación, los alumnos de tercer año aportaron lo siguiente:
- Faltan herramientas teóricas.
- No me han enseñado a deshacerme de la soberbia, pero supongo que eso no se enseña.
- Me hubiera gustado que se tomara al teatro dentro de las otras artes y tener alguna clase de historia del arte o de cine.
- No tengo la sensación de estar terminando realmente una carrera. A veces pienso que es como ir al dentista, que te blanqueen los dientes y te dejen las caries.
- Hace falta una clase de manejo ante cámara y de producción.
- Falta entrenamiento vocal y corporal riguroso, creo que son dos aspectos que no se trabajan a fondo.
- Música y técnicas de baile.
- La exigencia teórica fue reducida a 2 clases en 3 años, me faltaron espacios para desarrollar mi intelecto, ¿quién dice que un actor no es inteligente?
- Me hizo falta una técnica concreta en construcción de personaje y caracterización.
- No aprendí a dar mortales ni saltos acrobáticos.

¿Quién influye en quién en la continuidad y solidez del proceso formativo en CasAzul? La respuesta es evidente: maestros y alumnos, tal vez nuestra eficacia dependa de cómo orquestemos nuestra creatividad y rigor académicos y también a partir de experiencias pasadas logremos enriquecernos unos a otros. Después de todo una intensión tan poderosa como lo es dar el entrenamiento al talento sólo puede cumplirse si ésta apunta a la evolución y de ese modo puedan orientarse las interacciones académicas de manera armónica y actúen, sí, actúen a favor de un bien mayor, más allá de CasAzul.

Elena Guiochins/abril de 2008

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